miércoles, 13 de julio de 2011

¿SON LOS GUAJIROS DUEÑOS DE LOS RECURSOS NATURALES EN SU TERRITORIO?


En La Guajira siempre se está hablando de los grandes recursos mineros energéticos que se encuentran en el subsuelo del Departamento, la explotación de los mismos se convierten en panacea para solventar muchas necesidades básicas insatisfechas de las comunidades vulnerables de nuestra región, y en especial de los indígenas wayuu, en donde todos estos recursos se encuetran en territorio de los aborígenes paninsulares.

¿Pero realmente son los habiantes del Departamento de La Guajira los dueños de estos recursos naturales? La cotidianidad muestra todo lo que la gran mayoría de las gentes piensa y creen que esto es una realidad, pero no es así; desde la década de los años 70s con la entrada de las multinacionales interesadas en la explotación del carbón de El Cerrejón, se perdió lo que era propiedad del pueblo guajiro, dejó de pertenecer a los habitantes del departamento.

Lo mismo pasó con el gas; las multinacionales se apoderaron de este recurso natural no renovable, los grandes industriales de otras regiones ven desarrollar sus empresas y por ende sus respectivas regiones menos el Departamento de La Guajira de donde sale dicho recurso energético se ve todo lo contrario, miseria, pobreza, desempleo y sin ninguna esperanza de que esta situación pueda cambiar para una mejora en el bienestar de la población guajira.

La industria cementera del país y en especial lo que antes era Cementos del Caribe de la ciudad de Barranquilla, estas industrias se alimentaron de la explotación del yeso en el Departamento de La Guajira, yacimientos éstos que se encuentran en la Alta Guajira en territorio Wayuu, desde la década de los años 30 del siglo pasado se viene explotando estos recursos con la también explotación de la mano de obra barata de los wayuu, y estos siguen en la miseria desde cuando se inició la extracción de este recurso.

Con todo lo expuesto anteriormente es apenas uno de los tantos recursos que existen en territorio guajiro, faltando mencionar otros elementos naturales como las canteras, etc. No se puede decir que los guajiros seamos los dueños de los recursos naturales que se explotan en territorios de La Guajira, los dueños son otros y precisamente no son guajiros, lo único que les va a quedar a los guajiros son miseria, pobreza, mendicidad y los grandes cráteres en el subsuelo de La Guajira, y los que llevarán la peor parte en este proceso de destrucción del ecosistema serán nuestros hermanos wayuu y su territorio.

martes, 12 de julio de 2011

lunes, 11 de julio de 2011

PÜTCHIPÜ: EL PODER DE LA PALABRA EN LOS WAYUU


Por: Guillermo Espeleta Martínez

"Caminaba entre la espesa vegetación, y a medida que avanzaba por el sendero ésta se iba estrechando, y al llegar al final del camino me topecé con una cantidad de culebras. Mi cuerpo se paralizó por el miedo, un frío hiriente recorrió mi espina dorsal, pero una fuerza interna me mantuvo erguido y una voz me decía toma una de ellas, y eso hice..." Esa son las palabras de Orángel Gouriyú, un palabrero, quien despertó con esa revelación y la que debía cumplir por mandato de LAPU, dios de los sueños. Al día siguiente, sentado en su chinchorro de múltiples colores le anuncia a su familia la realización de la ceremonia para que fuera consagrado como Pütchipü y someterse a un encerramiento por varios días asistido por un Outshi (médico tradicional wayuu) y asesorado por un palabrero de la más alta jerarquía.

Pütchipü, en la legua wayuunaiki, es quien lleva la palabra; a través de los sueños una persona es elegida para ejercerla como profesión ya que esto tiene un trasfondo mitológico para la preservación de la cultura de los wayuu, dando con ello la explicación de la existencia de los palabreros.

los Pütchipü, son personas pertenecientes a la etnia que se encargan de realizar los arreglos de conflictos a través del uso de la palabra con tolerancia, convivencia y paz. Es un mediador entre las partes que se encuentran en disputa y busca que las cosas se lleguen a feliz término entre los querellantes.

Las primeras actividades realizadas o llevadas a cabo por Orangel, fue conciliar pequeñas rencillas entre familias, incluso, tuvo que recurrir a los servicios de otro palabrero para dirimir una problemática dentro de su clan familiar con otro grupo clanil, los dos grupos pactaron la paz por los buenos auspicios de su colega.

Según la mitología wayuu, el primer Pütchipü fue el pájaro UTTA, cuando los wayuu eran de la generación de los UCHÍÍ (aves). UTTA cumplió con los mandatos exigidos por MALEIWA (Dios), y fue UTTA quien estableció las normatividad de los wayuu para imponer las sanciones en contra del derramamiento de la sangre.

Orangel Gouriyu, se fue involucrando en las soluciuones de conflictos mucho más complejos de dirimir y en todas ellas salió airoso y dejando satisfechos a su comunidad por la labor ejercida y en la que se le reconoce como un destacado PALABRERO.

Existe una jerarquía entre los Pütchipü por la especialidad que éste ejerce. Las especialidades más altas son los hechos de sangre, que son los más complejos por la serie de problemas que este implica y en donde hay muerte, conflictos de tierra, hurto, pedimento de mano (matrimonio), etc.

El palabrero Orángel Gouriyu, ha sido asesor de las Oficinas de Asuntos Indígenas departamental y municipal por sus conocimientos sobre la cultura y la normatividad wayuu, aplicados todos en un contexto intercultural (leyes ordinarias y propias).

En la norma o ley de los wayuu no existe impunidad a cualquier quebranto a esa normatividad en el territorio. La figura del palabrero es de profundo respeto. Él se presta a ser garante de la solución de conflictos que les toca dirimir ya que le corresponde atender las situaciones donde hay discrepancia, no importando quién lo haya contratado, generalmente es la familia agredida.

Recientemente la figura del palabrero fue axaltado por la UNESCO, como Patrimonio Inmaterial del Mundo en el continente africano, cuna de la humanidad, mientras en Colombia, no se les reconoce su importancia y el valor cultural que éste representa en la nación wayuu. Son muchos los problemas que los aquejan y el gobierno con todas las entidades a su cargo, tratan de minimizar su labor interviniendo en conflictos que sólo el pueblo wayuu conoce las vías para solucionarlos, entre ellos las masacre, homicidios, desapariciones, desplazamientos y destierros de sus propios territorio por actores que nada tienen que ver con la cultura cambiando la modalidad operativa que el wayuu desconoce, ejemplo de ello son las masacre de Bahía Portete, donde los paramilitares profanaron lo más sagrado en su cultura, la mujer, donde fueron salvajemente asesinadas convirtiéndose posteriormente en delito de lesa humanidad, pero que el gobierno central no los reconoce como tal y tratan de culpar al mismo pueblo wayuu como los responsables de esos hechos.

Si realmente se le diera un reconocimiento a la figura del Pütchipü (palabrero) serían ellos los llamados a resolver cualquier situación de conflicto que se presente entre el pueblo wayuu, pero son elementos extraños a ellos y contando con cómplices dentro de los organismos de seguridad del Estado, quienes deberían de garantizar la vida, honra y bienes de los ciudadanos colombianos como lo contempla la Constitución de Colombia. Es muy difícil que esta normatividad wayuu sea respetada por las autoridades que salvaguardan la seguridad del Estado.

Pese a la intromisión de la cultura occidental en las costumbres de los wayuu, los Pütchipü continúan asumiendo el rol de conciliadores para fortalecer y mantener las buenas relaciones sociales en el pueblo wayuu.

Existe una gran preocupación entre los Pütchipü, y entre ellos se encuentra Orángel Gouriyú, como es la de mantener el uso de la palabra como herramienta de defensa del pueblo wayuu. Se observa una pérdida de valores dentro de la juventud actual quienes no le están dando la importancia al defensor de las tradiciones y las leyes del grupo étnico peninsular y, con ello se irá perdiendo la fuerza de la palabra del Pütchipü en la gran nación wayuu.

EDUCACIÓN INDÍGENA PROPIA

Por: Guillermo Espeleta M.

Luego de una larga lucha de los pueblos indígenas de Colombia por la reivindicación de sus derecho fundamentales, como la educación; el gobierno nacional a través del Ministerio de Educación expidió el Decreto 2500 del año 2010, para que los procesos educativos y la administración de la educación a las comunidades indígenas sean administrados por los propios nativos.

En la región Caribe solo dos organizaciones comprometidas en estos procesos de formación donde sus comunidades se aprehedieron de éstos como mecanismo de fortalecimientos de la educación, la cultura y costumbres propias.

Wayuu Painwashi, con una amplia trayectoria en los procesos de formación en los aspectos educativos, sociales y culturales en el Municipio de Riohacha, es una de las organizaciones del Caribe que decidió apostarle a la administración educativa en éste municipio para el sector indígena.

La Asociación de Autoridades Tradicionales "Wayuu Araurayu", con área de influencia en el Municipio de Uribia, es otra de las organizaciones que creyó en la construcción de la nación wayuu por medio de la educación como una forma de apropiación de lo propio.

Cuántas luchas... cuántas contradicciones a los procesos que se opusieron con gran vehemencia a que esto se pudiera lograr, muchos se mantienen incrédulos sobre la nueva política pública de educación indígena. Muchos intereses se crearon en torno a ésto y buscaron interponerse a una realidad que en estos momentos está dando los frutos en el Departamento de La Guajira.

A los contradictores (donde se cuenta entre ellos muchos wayuu) se les hace la invitación a integrarse a este proceso y puedan ser aportantes en la lucha para que la historia wayyu los registre por siempre en la memoria que serán plasmadas en página de oro. Lo que resta es darle la bienvenida a este nuevo rumbo de la nación wayuu.

jueves, 7 de julio de 2011

El Wayuu... nuestra razón de ser UT PAINWASHI-WAYUU ARAURAYU "Por la Educación Propia"


MISIÓN
Contribuir con el desarrollo de la política educativa constituida para las comunidades indígenas, en el marco de la normatividad establecida por el Decreto 2500 de 2010; a través de los usos efectivos y eficaz de los recursos; propendiendo un servicio educativo de calidad y acorde a la cultura y educación propia.
VISIÓN
Cumplidas con nuestras obligaciones contractuales, así mismo, adquirida la experiencia para administrar, coordinar, organizar y direccionar el mejoramiento de una atención educativa propia y de óptima claidad; ser modelo de desarrollo en una relación de entendimiento colectivo en procura del bienestar, reconocimiento, defensa y protección de los territorios indígenas ancestrales.
VALORES
  1. INTEGRIDAD.- Mostrar una conducta pública y privada de modo tal que las acciones y palabras sean honestas y dignas de credibilidad para fomentar, así, una cultura de confianza y de verdad.
  2. COMPROMISO.- Como valor absoluto para cumplir con la misión que se desempeña en la organización que tiene que ver con la libertad personal empeñada en una dirección concreta, especialmente a través del trabajo para lograr determinados resultados.
  3. IMPARCIALIDAD.- Actuar siempre en forma objetiva e imparcial sin conceder preferencias o privilegios indebidos a personas algunas.
  4. RESPETO.- Respetar sin excepción alguna la diginidad de la persona humana y los derechos y libertades que le son inherentes, siempre con trato amable y tolerancia para todos.
  5. RENDICIÓN DE CUENTAS.- La información sobre la gestión administrativa eficiente mediante la aplicación de políticas claramente establecidas que tiene que ver con la calidad en los principios y procesos de la administración educativa propia.